Empezó siendo un incendio involuntario.
Desafortunadamente
y muy afortunadamante
tan grande que ardió todo,
sofá, colchón y vecinos.
En vez de sentirnos culpables, nos gustó la sensación de quemarlo todo (cimientos incluidos) con nuestros cuerpos desnudos, con nuestras elegantes guarradas, con nuestro ritmo, posturas y movimiento, con nuestra lujuria, fantasías, sexo y placer.
Ahora nos buscan en 6 pueblos, 9 provincias y no sé cuántos países!!
Y pronto, en el mundo entero.. 🙂